viernes, 5 de febrero de 2010

The GoldenBlack Quartet

Acabo de ver la magnífica fotografía de Erauskin y Eizmendi, bailando la Ezpata-dantza con los Picos de Europa como telón de fondo. Xavier tiene el don de conmovernos y de arrancarnos una sonrisa, cada vez que nos cuenta uno de los “sucedidos...
Este enero pasado ha hecho ya 27 años que murió Miguel Eizmendi. Esta foto de Erauskin me ha hecho recordar especialmente al que ya no envejecerá nunca. Y me han dado ganas de enviar al blog un par de instantáneas en las que aparecemos “el cuarteto”. La mano derecha de Miguel insinúa un gesto con el que dirige lo que estamos cantando. Estamos muy serios. Como si fuéramos en plan “tantum ergo”, o “que las sombras avanzan, Dios mío”, o algo así. Pero no éramos tan pelmazos. Cantábamos cosas más divertidas como el “Oh Pepita”, “El menú”.. (+)
Rafael Manero.
(Ambientación musical >> )

3 comentarios:

  1. “...que las sombras avanzan, Dios mío”

    Qué recuerdos ha despertado, Manero esta tu alusión al comentario musical del encuentro camino de Emaús Con el contexto del repertorio de vuestro cuarteto.. y el baile de la Spatadantza.

    Leo vuestras cartas, veo vuestros rostros y hasta oigo vuestras sonrisas y me alegro por vosotros del Comillas que os tocó en suerte.
    El mío fue muy distinto. Empecé a los 12 años en plena Guerra Civil en la que la Casona se situó totalmente del lado de Franco. Muchos seminaristas mayores luchaban en el ejército nacional y un grupo de sacerdotes (entre ellos el padre Prieto) eran capellanes militares. Fueron los que ganaron la guerra cuando el 1 de abril de 1939 se nos leyó, al desayuno como cada día, el último Parte de Guerra del Cuartel General del Generalísimo.

    Aplaudimos como nunca. Ese día bajamos, como se había hecho para celebrar la toma de cada ciudad en España, a la manifestación que acabó igual que siempre ante el balcón del Ayuntamiento, con discursos del clero y de Falange, que coronamos, todos brazo en alto, con el Cara al sol. Por la noche hubo fogata monumental ante las puertas de bronce y luego, ya apagada, bajamos al Palacio de Sobrellano a admirar desde allí la iluminación ¡fantástica!, repitiendo la primera ocasión, con motivo del cumpleaños de la segunda marquesa: cuatro velitas titilando en cada ventana de la fachada Sur del Seminario.

    Pocos meses después, en septiembre el mismo 39 comenzó la Guerra Mundial en la que estuvimos del lado de Hitler, con pocas excepciones en el claustro de profesores. Excepciones siguiendo al comillés, gloria de La Pontificia, Fidel García Martínez, Obispo de Calahorra, con un hermano jesuita en el claustro de profesores. Se nos informaba día a día en un gran mapa en el Tránsito Blanco sobre los éxitos germanos en Europa y África, se cantó en el Paraninfo con acompañamiento de armonio y piano de cola el Himno de la División Azul.

    Aquellas sombras nos ensombrecieron hasta la imagen de Dios, ¿me lo podéis creer? que como Misterio que es se interpreta y reviste siempre en virtud de la coyuntura histórica. Por eso vuestro Comillas fue, ya por los 60, mucho más abierto, más universal, más democrático, el Dios lo era de todos y vosotros pudisteis reir y cantar, todo menos el Cara al Sol: .Me alegro de estar con vida para admiraros y envidiar vuestras risas y vuestros cantos, y hasta vuestro Dios que fue más Amor que el que a mí me fue presentado.

    José Manuel Ruiz Marcos

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  2. Amigo ¿te llamaré Rumarcos? ¿José Manuel? ¿JoseMa?...Lo que más agradable y cordial te suene. Tengo que darte las gracias por los buenos ojos con que nos miras. Y lo hago, como el único del cuarteto que es un ser viviente en Internet. De la muerte de Miguel ya me has leído alguna cosa. Paco y Natxo no quieren saber nada de estos prodigios informáticos y se atienen, cuando lo hacen, al bolígrafo como cosa moderna. Si me apuras, no harían ascos a un buen plumín de los de corona y tintero. (Natxo, aparte de un extraordinario dibujante, es un gran pendolista. Ya "entonces" le encargaban hacer los pergaminos oficiales de la casa. El dibujo del León con trece uñas, en un terrazo con perfiles de cobre, que sustituyó al primer mosaico de pequeñas teselas de la portería y que ahora, por lo que veo en las fotos del blog, ha sido eliminado en favor del nuevo suelo embaldosado, era de Natxo.) A lo que voy. Nos miras con muy buenos ojos. Dadas "las sombras, Dios mío" que describes con tan intensas y vigorosas pinceladas, no me extraña. Es el tuyo un espléndido aguafuerte que nos sobrecoge. Nosotros crecimos en otro ambiente, pero no muy distinto, no creas. Las filas de gramáticos pasábamos todos los días, seis veces por lo menos, camino del comedor, por delante de un cuadro que recordaba a los seminaristas, padres y hermanos que fueron asesinados, arrojados al abismo en el faro de Santander. Allí figuraban sus nombres bajo una inscripción latina, que tenía unas cuantas abreviaturas que nos intrigaban muchísimo. La inscripción,( la escribo sin abreviaturas ) decía así: "Vidi subtus altare animas interfectorum propter Verbum Dei". Aquel dolor estaba todavía presente. Quedaban huellas todavía de exaltaciones y fervores bélicos, aunque ya mitigados. Por ejemplo, el Hermano Castillo, nuestro enfermero-madre, tenía en el botiquín las fotografías de todos los generales de Franco. Y Prieto, que había sido capellán de requetés, guardaba como recuerdo (yo lo vi) la boina roja y un pistolón, vagamente simbólico, supongo. Todo esto, yo al menos, lo miro con una cierta sonrisa de comprensión...Lo que ya me hace arrugar el gesto cuando lo recuerdo es que el "adoctrinamiento", sobre la "cruzada" y el franquismo en general, comenzó en gramática de una manera diríamos desaforada. Nos leían en el comedor una "Historia de la Cruzada" contada como verdaderos "delirios en el fervor". "Aire, tierra y mar" por García Mercadal y otras perlas cultivadas en ese sentido. Pero esa visión, tan edulcorada y sublimante, de la guerra tal vez ha sido la responsable de que la herida del desengaño haya sido en algunos muy profunda. Por eso nuestro perfil posterior tal vez no se acomode tanto a las exigencias de aquel guión. De todas formas, esa buena mirada tuya me ha sentado muy bien y te la agradezco, también en nombre de mis compañeros de ese cuarteto tan black, black, black. Rafael.

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  3. Hola, Rafael.Te saluda JoséMa.
    Gracias por tu grande comprensión para el “guajín” asturianu que, a pesar de todo, no se perdió entra tantas sombras que avanzaban, Dios mío, desde mi primer día en Comillas, y además con la amenaza tan impresionante de Iruarrízaga: ”Ay por siempre, ay de aquél que no crea”...

    Ya en plan musical, para ti y los de la Schola: Si queréis imaginaros cómo sonaría él en el Paraninfo de nuestra universidad, marcial-pseudoreligioso, casi insultante, pedidle a Google simplemente
    Himno división azul
    Y os lo servirá inmediatamente, cantado por guerreros, para recreo de vuestros oídos. Cerrad los ojos y oídlo desde dentro del Paraninfo,algo menos bélico, cantado por un grupo del reducido y acompañado por armonio y piano de cola.

    A mí también me enseñó el padre Prieto sus recuerdos bélicos. El miércoles Santo al empezar el oficio de tinieblas de 1939, recién llegado del frente, nos dirigió la Schola vestido de uniforme militar, que, como es lógico en una Cruzada, mereció convertirse en parafernalia litúrgica: "Zelus domus tuae comedit me"...
    Aclaro, para los más jóvenes, que el entusiasmo de nuestros educadores por Hitler tenía una lógica tremenda: Pedíamos al cielo que Hitler acabara con el comunismo de la Unión Soviética, como Franco acabó con el mismo en España. Menos mal que todos se equivocaron, las dos veces.
    Vuelvo a alegrarme de vivir, con vosotros, a pesar de los pesares, mejores tiempos ahora.
    José Manuel Ruiz Marcos

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